Vía / El Econimista (es)
A la hora de elegir una figura que represente al emprendedor del Siglo XXI, uno de los primeros nombres que se nos viene a la cabeza es Steve Jobs, el máximo responsable de Apple durante muchos años, y sin el que no podríamos entender parte del mundo en el que vivimos. Porque aparatos que hoy gran parte de la población tiene, como los smartphone, no serían lo mismo sin el genio nacido en San Francisco.
Y es que de su cabeza surgió todo un universo de aparatos situados a la vanguardia de la tecnología, como pueden ser el Mac, el iPod, el iPhone y ahora el iPad. Una compañía, Apple, que ha logrado transformarse en la mayor compañía de capital abierto del mundo.
Y de esta manera es como Steve Jobs se ha convertido en un referente para todos los emprendedores del mundo, como señala AméricaEconomía. De él podemos sacar varias lecciones.
1. Preocúpate por todos los detalles.
Si una característica define a Apple es su atención a todos los detalles, hasta los más pequeños, que es lo que le ha permitido crear productos elegantes y deseados que marcaron tendencia. Es el caso del botón de encendido y apagado del iMac, que está detrás; o el imán que conecta el cable de energía con el ordenador, para no tropezarse con él.
La excelencia es la norma, una máxima que no todas las empresas y emprendedores aplican. Las personas capaces de implicarse tanto en el trabajo, y logren mostrar una dedicación extrema ganarán una importante ventaja competitiva.
2. Continúa hambriento, continúa loco.
Es la frase con la que Jobs cerró su famoso discurso en la Universidad de Stanford, ejemplo de motivación en todo el mundo. La frase, que copió de un viejo calendario de su juventud, fue una máxima que aplicó toda su vida.
Siempre a la vanguardia, Jobs creó, transformó y reinventó todo lo posible, pero siempre siendo consciente de sus limitaciones, lo que le permitió emprender nuevas ideas, y permitir hacer realidad sus sueños.
3. Sin miedo al error.
“Soy la única persona que conozco que ha perdido 250 millones en un año”, aseguró Jobs. El error es parte de nuestras vidas, pero la clave es como lo asumimos, ya que cada fallo puede permitirnos corregir la dirección que llevamos hasta acertar. “El único hombre que no se equivoca es el que no hace nada”, recordaba Jobs.
4. Evangeliza
No es fácil ver a cientos de personas en una cola esperando el lanzamiento de un producto que nunca han visto, o que incluso ni siquiera saben para que sirve. Pero es lo que logró Apple en el lanzamiento de diversos productos, especialmente el iPad en enero de 2010. La inmensidad de fanáticos de Apple tiene justificación, y fue construida a lo largo de su historia, a base de que todos los clientes quedasen satisfechos. Ese trabajo logró que miles de fanáticos ajenos a la compañía se transformasen en un ejército que hacía marketing a favor de la compañía.
En este sentido, hay que destacar que la mayoría de clientes afirma haber conocido Apple a través de sus contactos o por los medios de comunicación. Los expertos aseguran que cuando la recomendación viene de una red de contactos el interés por conocer ese producto es mayor que cuando lo hacen a través de la propaganda convencional.
5. Aprenda a hablar
Jobs tenía, sin duda, el don de persuadir a las personas. Claridad, confianza y convencimientos fueron tres características que le acompañaron durante décadas en sus virtuosas conferencias, que alcanzaron su cénit en la presentación de los productos de Apple. Con su trabajo, Jobs estableció nuevos patrones a la hora de hacer presentaciones en el mundo empresarial.
Pero para alcanzar ese nivel, Steve Jobs tuvo que trabajar y practicar mucho. Y ese trabajo se vio reflejado en su técnica para hablar, el lenguaje, la buena postura o la emoción con la que hablaba.
6. Los rivales son irrelevantes
Gran parte del éxito de Apple pasa por saber reinventar un negocio. Jobs seguía su propia línea, independientemente de lo que hicieran los rivales. Así, en la época de los ordenadores grieses, Apple lanzó el Imac, cambiando el concepto de los ordenadores personales.
Lo mismo pasó con el iPod y el almacenamiento de canciones, el iTunes y el mercado de la música digital, el iPhone y los smartphones o el iPad y las tabletas, mercados en los que Apple marcó tendencia.